"CUNA DE LA BANDERA Y PUERTA DE LA LIBERTAD"

FOTOS ANTIGUAS DE LA CIUDAD DE PISCO

jueves, 30 de agosto de 2018

Cronica: “El Pisco que Yo Conocí” escrita por Sr Carlos Diaz Oliden

“EL PISCO QUE YO CONOCÍ” 
Escrito por: Carlos Díaz Oliden 





El Pisco que conocí y que recuerdo, es uno que ya no existe: Recuerdo su plaza de Armas con sus paseos de jardines y su pérgola, (redondel que luego fue trasladada a San Andrés) en su parte central, me acuerdo de la llegada del Monumento a San Martín y su remodelación, como olvidarme de sus retretas dominicales por la Banda de Músicos de la Municipalidad y los Desfiles Escolares de Julio y Setiembre. 
La plaza de Armas que recuerdo tenía Casonas coloniales en su perímetro, casonas que después desaparecieron para construir bancos, hoteles, etc. pero también estaban las estaciones de buses de las empresas Roggero donde ahora está el Banco Continental y Expreso Internacional Villa junto al Colegio Marillac donde ahora hay un casino y la Tienda de Papi, para recordar es también el primer chifa del que tengo recuerdo en Pisco: era La Pagoda vecina a Roggero, los de mi generación no pueden olvidarlo.  

Todos los fines de año era una costumbre ver en las madrugadas a decenas de adolescentes que se juntaban para estudiar para los exámenes de fin de año, eran otros tiempos. Otros referentes de la Plaza de Armas de mi época eran el Colegio Marillac , la Casa Alvarado (vendía los carros Ford), las boticas de Hermelinda Luyo y del Señor Ismael Orellana; recuerdo también el grifo existente en la misma plaza y la zapatería Lafora. Pisco tenía también un lugar para pasear o descansar, era el Vivero un lugar de muchos árboles con caminitos y bancas, en este lugar se construyó parte del Colegio Bandera del Perú (la otra parte de este colegio está donde se encontraba el estadio municipal con sus tribunas de madera). 

Con la construcción del mercado de abastos en el lugar actual y la avenida Las Américas la ciudad creció hacia ese lugar. Anteriormente la calle Comercio estaba llena de negocios de todo tipo, por ejemplo recuerdo a la tienda de telas Dergan y la del Turco Arturo, la venta de artefactos de Punchin,los juguetes y bazar de Joyuen, la tienda de los hermanos Kong, la de los Mendoza Lincheng, Pagen, la de los Lock Hao y otras que poco a poco desaparecieron. Recordemos que Pisco recibió muchos emigrantes chinos, recuerdo que donde ahora es una zona poblada de la Calle San José, existía un local para reposo de aquellos orientales, así también como otro que existía en lo que ahora es Leticia, creoque estaba donde después se ubicó la crianza de cerdos de un italiano (Papani), tenían su Templo y centro social para reuniones con las siglas del Kuomintang.

El mercado de abastos era de madera y eran muchos sus personajes como un muchachito que vendía quesos y mantequilla envuelta en hojas de plátano y más que por su nombre lo conocíamos como Papi, también estaba Don Víctor Meneses con subazar, el carnicero Arturo y el gritón de Luján, los churrascos de Doña Esmeralda, el bazar de Mina, el negocio de Don Fermín Lozan donde atendían sus hijos Leoncio y Toto, no podemos dejar de recordar a Manuel Castillo quien era quien distribuía todos los albúmenes de figuritas que uno coleccionaba comprando sobrecitos o canjeando una a una los duplicados. 

 Era un musical de olores y colores inolvidable donde todos se conocían, en un lado esperaban los viejos ómnibus para La Playa y San Andrés y en otra puerta, cerca de la zona de los pescados y mariscos estaban unos maltrechos colectivos cuyo destino final también era San Andrés, estos salían de allí y avanzando por la calle Comercio salían a la avenida San Martín por la primera cuadra. 

Los buses eran de madera y hojalata y eran todo un espectáculo verlos y usarlos, los choferes y cobradores conocían a todos sus clientes, Pisco era muy pequeño, como olvidar a Lirio, el compañero Mere, el gato, el Burro entre otros, cada uno tenía un número y para el año 58 habían trece unidades y el pasaje escolar costaba medio centavo, era la época de los reales y las yapas, también de las galletas de mantequilla, caramelos de anís y la jalajala. era la época de estudiar mañana y tarde, de los profesores con corbata y los policías con silbato y polainas de cuero, del respeto a los viejos y de los pantalones cortos, época del quaquer con membrillo, de jugar con trompo, bolitas de vidrio, películas cortadas, saltar mundo y volar cometas. 

Si nos acordamos del Vivero, del Estadio Viejo, debemos acordarnos también de las hortalizas de Amado Ferreyra, en ese lugar está un Jardín de la Infancia, mucho me acuerdo también de las visitas a comprar frutas donde El Chapeton que quedaba al lado de la línea de ferrocarril que pasaba por la parte de atrás de donde actualmente está el Estadio Municipal. 

Recordar esta zona es lo mismo que ver pasar como se creó por una donación del gobierno de entonces, el nuevo local del colegio Marillac en parte del fundo San Jorge, en ese lugar vivían muchas personas morenas y para construir ese local, la municipalidad los paso al lado de la línea descrita antes donde construyeron casitas para ellos, a esa zona se le llamo el imperio del Sol relacionando el nombre con el de una película hecha en Perú por aquella época. 

En La Rinconada, nombre del barrio moreno que por esto desapareció, nació uno de los mejores boxeadores peruanos como fue Alex Relly, hombre que después andaba ciego en nuestras calles, también allí nació el famoso Sangamonito al cual era una delicia escuchar cantar y declamar con otros personajes de su época haciéndolo todo en décimas y hablando cotidianamente todo en rima, eran muy peculiares todos los pobladores de esa zona que por el cambio de lugar de fueron mezclando con el nuevo Pisco que ya empezaba a recibir a más inmigrantes andinos; de esta última época es el origen de Ana María Ramirez, voleybolista de nuestra selección. 

En esa época nuestras calles tenía otros nombres, por ejemplo la actual Pedemonte se llamaba Las Delicias y decían los antiguos que era porque en esa calle moraban muchas lavanderas y dejaban a la ropa como una delicia, otra calle que cambio de nombre en la Pérez Figuerola, antes le decíamos Calle Malambo por la cantidad de gente morena que allí vivía, algo similar pasaba con la actual calle Balta, nosotros la conocimos como la calle Ica, era la época en que en Pisco se ensamblaban los camiones Ford, que muy temprano casi de madrugada se oían pasar a los camiones y volquetes que trabajaban en las obras de la Laguna Choclococha (después, como siempre se paralizó esta obra)y que salían de sus depósitos de la Rotonda, la época del Ferrocarril Pisco/Ica que al final de los 50 dejó de funcionar luego de varios accidentes, en el último de ellos (voló una caldera de vapor) murió el padre de un compañero de estudios apellidado Casapía. 

Era la época de usar todo extranjero, Pisco recibía no solo vapores de carga, recuerdo haber visto en la bahía a La Reina del Mar de la Grace Line, había cigarrillos, perfumes, cosméticos, licores y casi todo era de contrabando, el silencio de las noches de esta época era roto por el ruido permanente de los motores de la Empresa Eléctrica en la Av. San Martín. 

Era época de celebraciones de Carnavales con Corsos, con Reinas de entidades y también del Colegio San Martín, con la quema de Ño Carnavalón y lectura de su legado que se realizaba en la Plaza de San Andrés, eran épocas de bailes con famosas orquestas como la del Maestro Quiñones y ya mucho después la de don Andrés Flores. 

Era la época de ver pasar muy temprano a Don Fabio Ciudad para tocar las campanas de nuestra Iglesia de San Clemente invitando a misa. También me acuerdo de las diarias novenas, de las estampitas y los dulces al término de cada una de ellas, por ejemplo la de La Virgen del Socorro por la familia Acevedo, la de la Virgen del Rosario por la Srta. Eva Céspedes entre otras. Era la época que los sacerdotes rezaban en latín y de espaldas a los fieles, era la época en que las señoras con alguna influencia tenían para su uso sus reclinatorios en la parte delantera, era la época de los sermones desde el púlpito elevado y de los velos de encaje. 

Pueblan mis recuerdos los Negritos y sus zapateos antes de Noche Buena, el famoso ponche conocido como los orines del niño, los fuegos artificiales en la plaza de Armas y en el atrio de la Iglesia de Belén, antigua Iglesia que en sus orígenes era solo para los indígenas y esclavos, todavía recuerdo su techo hecho de listones de madera todo pintado de escenas cristianas, el recuerdo también está hecho de sabores como los tamales de Ballumbrocio, un moreno que vivía en la tercera cuadra de la Av. San Martín, como las tejas y limones de la Sra. Andrea ,el champú caliente que vendían en las celebraciones a las tantas cruces del mes de mayo y los panes con jamón que en una esquina de la Plaza vendían los Cabana, surgen también los recuerdos de las primeras matinees en el cine Fénix (se le rebautizo así por haberse incendiado anteriormente) o al Coliseo Solar donde primero se pasaba a comprar caramelos, cigarros o chicles donde el Gordo Arturo Echevarria donde también se hacían unos de los mejores panes de la ciudad compitiendo con la Panadería La Higiénica. Pero estando muy chicos nuestros padres nos ofrecían algún dulce en los mejores sitios, ambos estaban en La Playa y eran la de Parodi y la de Berrocal, y muchos años después vendrían las heladerías de Nino y el Piave. 

Definitivamente era otro Pisco, ciudad a la que coincidentemente llegaron nuestros abuelos gracias al deseo del Presidente Leguía de mejorar la ciudad Puerta de la Independencia al igual como hizo con la capital, era la época de construcción del Hotel Bolívar y la Plaza San Martín. 

Uno de mis abuelos llegó para la construcción de un ferrocarril de Pisco a Huancavelica y el otro a cargo de la construcción del Hospital San Juan de Dios y el local de la Municipalidad, este con planos del francés Eiffiel, no tengo claro si en este proyecto también se incluyó el Malecón Miranda. Era la época del tranvía de la plaza de Armas a la Playa, tranvía jalado por caballos, en esa época se entraba a Pisco a la altura del cerro de Tiza y se salía por San Andrés, por donde se encuentra parte de la base aérea, por allí nos llevaban para ver pasar los carros de carrera de Alvarado, Galleno, Johamovich, Astengo entre otros, era la época que pisqueños corrían autos pero también motos como era el caso de Pichin Olaechea. Los pisqueños también tenían su club de Tiro con campo de bochas incluido, en fin era otra época, época en que aún se encontraban camarones en el río y acequias, eran famosos los panes con torrejas de camarón que vendían los Maccini en el viejo puente de fierro de Huamaní, puente que al construirse el nuevo fue cambiado a Bernales. 

Recuerdo San Andrés como lugar de veraneo, con La Climática en su entrada, con el alumbrado público por horas, con sus higueras y fama de tener sus brujas y aparecidos con sus botes en la orilla, con un vagón al sur que también servía para veranear a la familia Torres, a Las Palmillas, lugar hacía donde los alumnos del colegio San Martín hacíamos caminatas todos los 24 de junio, en ese lugar tan cerca al mar habían unos pozos donde sacaban una cristalina agua dulce y la distribuían en la ciudad. 

De Pisco a Paracas lo primero que se construyó fue un local para procesar la piel de los lobos marinos de la zona, después se construyó el Consorcio Ballenero para procesar las ballenas que capturaban en la zona los barcos Norman de la misma empresa, pero Paracas se hace por un capricho de Manuel Odria a quien le gustó la zona y como premio por mandar hacer esta urbanización le construyeron una casa con nombre de El Capricho, de esta forma desapareció el lugar de desove de tortugas y la zona de pesca de raya y pejerrey. 

 Ese es el Pisco que conocí y que quería que ustedes lo recordaran, pues hemos vivido en la misma época y hemos visto en nuestras calles como ha cambiado la cara y el sentir de nuestro pueblo. Podríamos hablar de muchas cosas, por ejemplo de como era antes nuestro valle y como cambio con el algodón tanguis, antes había lino, hortalizas y mucha fruta especialmente la uva, pero fue dejado de lado por el algodón. Podemos escribir como después de la Reforma Agraria y de la construcción del Puerto en Punta Pejerrey la ciudad decayó, pero la idea no es esa, sino solo recordar cómo era el lugar donde crecimos el lugar donde dejamos nuestros primeros sueños y el lugar que tenemos que enseñar amar a nuestros hijos.

 https://piscoenlanoticia.wordpress.com

1 comentario:

  1. Excelente recordatorio, "un paseo turístico" por nuestra ciudad; gracias tocayo.Saludos C.L.O.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...